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jueves, 29 de abril de 2010

abrelaboca

Estaba yo en la piscina de mi pueblo y, se acerca un chico, mayor que yo, se arrodilla al borde de la piscina y pregunta: ¿te gustaría hacer teatro? Yo claro, me quede un poco acojonado la verdad. No recordaba que antes de tirarme a la piscina de cabeza (bueno de cabeza creo que no, de barriga quizás esta mejor descrito) había estado haciendo el ganso con imitaciones, parodias y algún sonido de los humoristas martes y trece, como de costumbre. Y con los pocos miedos de la edad y yo que era un adolescente sin nada de vergüenza, que no sinvergüenza, no lo dude y dije: ¡anda, pues claro, para que es…¡¡. Sin darme cuenta el gesto del chico, mi poca vergüenza y mi confirmación a la pregunta, serian el ticket a un prisma de la vida que condiciona y condicionara mi forma de ver, actuar y manifestar todo aquello que me hace sentir. Para ese vendedor de tickets que me enseño a ver las ajugas como púas, las cuerdas como varas, las telas como paredes, la copla como sones para todos los días, lo antiguo como bonito, la vida como respeto y sensibilidad y el teatro, el teatro como plataforma para llenar todos los rincones de bocas llenas de carcajadas en los textos de la vida. Beni, para ti son mis primeras palabras porque repetiría mi personaje en la función de tu vida siempre.