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martes, 29 de junio de 2010

Ceremonia de mi no muerte.

     Sones de guitarra que se agarran a la garganta provocando el llanto. Quejios que cortan el aire dejando camino a las lagrimas. Voces que retumban en el estomago poniendo el pelo de punta y la sonrisa tatuada . Palabras pronunciadas en acción de gracias al dios católico. El prado verde, el olor en la jara, mi padre y mi madre, el color del arroz, los que estuvieron, mi pareja, los amigos que faltaron, la familia, el sabor del cordero, el calor, mis abuelos, el vino, mis hermanas, la campana de la ermita, el camino, un domingo. El Domingo.

         No había sentido nunca lagrimas tan alegres, tan vivas. Solo puedo decir:


                                                        GRACIAS.

jueves, 10 de junio de 2010

Mi pueblo. Una reflexión en alto.

  
   He paseado miles de veces las calles de mi pueblo. Las he corrido, jugado y amado en esquinas como buen quinceañero. Las deje de vivir en plena mayoría de edad para hacerlo en Cáceres capital. Pero nunca he dejado de pensar en las posibilidades que en ellas había.

  
   Allí, en Cáceres, monte mi primer negocio. Después de pasar verdaderos problemas económicos y psicológicos por confiar en las zorras que cambian de pelo pero no de mañas. No pagarme nunca el 33% que les correspondía y engañarme en el traspaso del negocio, me dejaron sin nada y con un futuro de deudas a mi y a mi familia, que aun hoy, estoy pagando, empece a trabajar para otro al lado de mi amigo Raul. Revolucionamos el ambiente de la ciudad con fiestas temáticas y carteles prohibidos llenos de tíos que enseñaban el rabo, chicas que simulaban follar en vivo, travestidos que imitaban a famosas y chicos en tacones vestidos para las temáticas. Acaparamos las bocas de todo los empresarios del momento, mujeres de moño bajo, chicos de polo y ralla al lado, chicas de granja, paginas de prensa y asta el clero, que llego a echarnos de la iglesia de San Juan a base de policía. Me marche con un proyecto similar a otra ciudad con esta misma empresa. Volví a caer en amistades falsas, promesas incumplidas, relaciones chupocteras y envidias que seguían llenado el bolsillo de un desagradecido baboso que el único pago que nos dio fue una mala fama con la intención de no hacer ganar dinero a nadie, si no era a el.- Que lastima-. Seguí en la ciudad trabajando para otro empresario que me hizo recuperar todos los valores y la autoestima que había perdido y con su respaldo parimos Producciones Kentala y mas tarde, al lado de Rafita, Grabba Room Music.

.  Hoy no ando las calles de mi pueblo, pero en ellas me han casado, me han drogado, me han enfermado hasta poner fecha a mi entierro. La verdad es que aun sigo soltero, sano y vivo pero, ¿cuales son las consecuencias de toda esta mierda?

  -Pos nos que le pidieron referencia mías a Rebeca, si la del ayuntamiento. Si muje, la del teatro. Bueno pue a esa. Sin habe trabajao nunca conmigo, sin sabe na de mi vida, sin ave hablao hace años conmigo, sin sabe que a pasao y, to le que ha dicho e pa ponerme de ajo a pereji. Pui que se piensa la tonta, que de ella no se la puede pone a baja de un burro? Que lo dema no pudemo habla sin sabe?-. En cambio no lo hacemos, por que los comentarios que escuchamos, si al contrastarlos con la persona, son verdad, ayudamos, no hundimos con falsedades y mentiras. Y si hablamos lo hacemos desde la experiencia. Que es lo que yo puedo hablar de ti. De los momento que he vivido contigo en Persefone, en la casa de la calle Santiago y de poco mas. No te valoro según opiniones de Mérida, ayuntamiento o conocidos que tenemos en común. Por que las personas que nos vestimos por los pies hablamos de las vivencias, no de habladurías o conflictos de una sola opinión.

Esta es uno de los muchos porqués de no volver a pasear las calles, correrlas o jugarlas como ese quinceañero que no pensaba en otra cosa que no fuera el teatro, los carnavales, la ronda del aguinaldo, ir a recoger escobas, los villancicos, las murgas y tantas y tantas actividades que, los que ahora no tienen buena opinión de mi sin conocer los doce años restantes de mi vida, llenaban mi adolescencia con laureles y ahora son las grietas y baches, sin consecuencias, de las calles de mi madurez.
 


Abreiendolaboca. Salud.