Los Machitos del balón.

Haciendo zapping después de comer, pare en tele cinco y, me quede plipao con unas declaraciones del futbolista Ibrahimovic que invitaban a la reportera y a su hermana a ir con él y demostrarle si era o no maricón. Tan fuerte me sonó la palabra maricón que no cambie y me quede viendo la noticia. No sé si me indigna más la foto de la polémica, el comentario del pega patadas al esférico, que se haga noticia una muestra de cariño entre dos hombres o que el periodista J.J. Vásquez no deje de tocar las pelotas llenando la escaleta de tonterías que si pretende ayudar al colectivo gay con esas insinuaciones está muy lejos de hacerlo. Está claro que no se puede pretender que en ciertos estamentos machitas donde ha imperado el escupitajo, rascarse los juevos o sacudirse el barro de las botas en el umbral antes de entrar al bar, crean en Dios si antes no se han tirado a la virgen. Pero no estoy de acuerdo con que se tenga que obligar a las personas a definirse sexualmente cuando la sexualidad es algo que se vive en la intimidad. Que ayuda a normalizar una tendencia sexual, si, es cierto, pero no a base de extorsionar o presionar en una decisión tan intima, pues de esa manera, estamos utilizando los mismos métodos fascistas y creando indecisión a aquellos que necesitan solo comprensión. La normalización empieza por hacer de forma natural las cosas que queremos normalizar. No hacer noticias de ellas. Y a este señor trabajador de las pelotas decirle: que no por fornicar con dos mujeres deja de ser maricon, pues de esos están los campos llenos y por esos comentarios los vestuarios sin paredes.


Abriendolaboca. Salud.